Secretos inconfesables

Seguro que muchos de nosotros, sino todos, hemos tenido en algún momento de nuestra vida, unas ganas enormes de hacer algo totalmente incorrecto o ilegal, ya sea matar a alguien, robar algo gordo, decir algo inapropiado y causar el caos.

Si abriésemos una ronda de comentarios donde pudiéramos expresar, sin miedo a ser juzgados y de forma anónima, qué es eso tan oculto, secreto, comentario o actitud inapropiada o ilegal que nos apetece hacer, estoy segura que podríamos abrir un buen debate y, como no puede ser de otra forma, echar unas buenas risas.

La mente humana puede llegar a ser un territorio inescrutable, como los caminos del Señor, según nos decía La Biblia. Una mente «sana» es capaz de identificar el bien y el mal, aunque también cabe preguntarse: ¿Qué es para ti el bien y qué es el mal? No todos tenemos el mismo mapa mental sobre las cosas, como ya comentaba en este post.

Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra

Te cuento una historia:

Cuando conseguí mi primer trabajo como administrativa en prácticas en una empresa de construcción de mi pueblo, el jefe era un señor de unos 50 años, feo, gordo, mal educado, gritón y… muchos adjetivos más. Además de la empresa de construcción y una empresa hortofrutícola, se dedicaba a hacer préstamos personales a personas a las que el banco no les concedían créditos, aprovechándose de intereses mucho más altos e hipotecando sus propiedades, a sabiendas de que no podrían pagarlo y así, acumular inmuebles y riqueza en su haber por un precio irrisorio, dejando a muchas de estas personas sin nada.

Fue de las peores épocas de mi vida en general y, sin duda, la peor experiencia laboral hasta el momento. Este señor (siendo benevolente) nos gritaba como si fuésemos analfabetos, inútiles, desadaptados y poco importantes. A mis apenas 24 años y recién salida de la Universidad, no estaba acostumbrada a que me trataran tan mal y con tan poco tacto, pasé un año verdaderamente horrible, amargada y donde llegaba a casa llorando día sí y día no.

Mi familia me instaba a dejar ese trabajo ya que no podía vivir así todos los días, estaba al borde de la depresión y mi felicidad dependía de que este hombre amaneciera ese día menos torcido y más amable.

Me sentía tan triste y amargada que mil veces pensé en cortarle los frenos a su Mercedes «no se qué» para que tuviese un accidente y se acabasen todos mis males (en ningún momento me sentí mal por pensar aquello porque creía fervientemente que se lo merecía)

Como sabéis, el Karma existe y los actos que realizamos, tanto para bien como para mal, tienen sus consecuencias. Años más tarde me enteré que tuvo un infarto bastante importante. ¿Os imagináis que pensé o sentí en ese momento? Mi cara de felicidad, satisfacción, placer y excitación cuando me enteré fue todo un poema. Recuerdo que mis padres me dijeron que estaba mal alegrarse por estas cosas pero no sentí ningún remordimiento de las emociones de placer que invadieron mi interior.

El camino hacia el crecimiento personal

Afortunadamente, el crecimiento personal me ha traído mucha evolución como persona a lo largo de los años (y la que aún queda), ahora siento compasión por esa pobre alma alimentada y nutrida de su propio ego. Entendí también que mi satisfacción de verle sufrir por haberme jodido durante ese año, también salía de mi propio ego y que se alimentaba del «ojo por ojo, diente por diente».

¿Tienes algún secreto inconfesable?

Ahora que he abierto la veda a los secretos y actos políticamente incorrectos e inconfesables, te invito a que hagas lo mismo, si te apetece compartirlo. Puedes hacerlo a través de mi instagram enviándome un mensaje directo con tu «secreto inconfesable», sea lo que sea, por muy descabellado que suene o por muy heavy que te parezca, ¡sin filtros! Compartiré todas las respuestas de manera anónima. Por supuesto, será un espacio de total confidencialidad y libre de juicio.

¡Que empiece el baile!

Una única vez
Mensual
Anual

Si te ha gustado mi contenido, puedes aportar tu granito de arena con una donación.

Haz una donación mensual

Haz una donación anual

Elige una cantidad

€5,00
€15,00
€100,00
€5,00
€15,00
€100,00
€5,00
€15,00
€100,00

O pon la que tú decidas


Muchas gracias por contribuir al crecimiento personal.

Se agradece tu contribución.

Se agradece tu contribución.

DonarDonar mensualmenteDonar anualmente

Deja un comentario

Me gusta escribir sobre crecimiento personal, espiritualidad, reflexiones del día a día y pensamientos que vienen y van por mi cabeza. También me inspiro de lo que voy leyendo por ahí. Escribo cuando el cuerpo me lo pide, ni más ni menos.

Amarte en Karma